Memoria de tres décadas de Cooperación solidaria de la Universidad de Alcalá para el Desarrollo de Nicaragua y de Centroamérica (1987 – 2015)
16 de diciembre de 2025
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Texto elaborado por los autores de la Memoria: Fernando Cerezal Sierra, cooperante UAH 1988-2015 y profesor honorario de la UNAN-León Armando del Romero Guerrero, cooperante UAH 1989-2013 y profesor honorario de la UNAN-León
Introducción
La Cooperación Universitaria al Desarrollo (CUD) surgió espontáneamente a finales de los años ochenta -tras el ingreso de España en la UE (entonces CEE)- por iniciativa de profesores de algunas universidades españolas que trataban de responder a demandas de ayuda de universidades del entonces llamado Tercer Mundo. Algunos de ellos fueron logrando la capacidad académica –reunir un equipo de compañeros que colaboraran solidariamente- y el apoyo financiero de sus respectivas universidades y también, a veces, de organismos públicos (Ayuntamiento, Comunidad Autónoma, Cooperación Española…), para poder responder adecuadamente a la demanda recibida.
El conjunto de esas respuestas debió contribuir a que, más de una década después (año 2000), la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), hiciera público un documento (ESTRATEGIA DE COOPERACIÓN UNIVERSITARIA AL DESARROLLO) en el que, además de reivindicar el papel de las universidades como agentes de cooperación internacional al desarrollo sostenible, se refiriera por primera vez a la CUD –cuando se establece entre países con distinto nivel de desarrollo con unos fines concretos-, diferenciándola de la Cooperación Internacional entre universidades. El citado documento incluyó entre las metas de esa cooperación: desarrollar (en España) el sentimiento de solidaridad y los hábitos de consumo, comercio y producción justos y responsables, desde una perspectiva sostenible del desarrollo.
Pero aún pasarían seis años más (2006), para que la CRUE precisara la naturaleza y la práctica de ese tipo de cooperación universitaria a través de un Código de Conducta al que se adhirieron todas las universidades públicas y algunas de las privadas.
Una de las universidades “pioneras” que catalizaron la CUD en España fue la UAH que, a principios de este siglo, ya llevaba más de una década profundamente comprometida con dos universidades nicaragüenses: la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León) –con la que ya estaba hermanada- y la Universidad Centroamericana de Managua (UCA). Y la cooperación que estaba realizando encajaba perfectamente con lo que el citado Código de Conducta definía como CUD. Con la primera de ellas la relación duraría 27 años (1988-2015) y con la segunda 16 años (1991-2007).
A lo largo de esos años se realizaron numerosas publicaciones, académicas, científicas y culturales; sin embargo, en ninguno de los dos casos, y por motivos diferentes, se realizó un balance global al finalizar la experiencia. Ha sido recientemente (2024) cuando, para tratar de subsanar este vacío, al menos en parte, dos de los profesores de la UAH que estuvimos más comprometidos con esa cooperación elaboramos una memoria, que ha quedado depositada en el Archivo General de la Universidad de Alcalá.
Dicha memoria se centra fundamentalmente en la experiencia de cooperación con la UNAN-León, porque el cierre, confiscación y expropiación de la UCA por la dictadura nicaragüense en el año 2023 solo nos ha permitido agregar algunos datos generales y la valoración global que hizo la UCA, para justificar el doctorado honoris causa que otorgó en el año 2004 al profesor de la UAH Diego Luzón Peña, promotor y responsable de esa cooperación hasta el final.
Para facilitar la difusión de la existencia de dicha memoria, especialmente por la actual Dirección de Cooperación y Sostenibilidad de la UAH, realizamos aquí un resumen.
La cooperación con Nicaragua de la UAH
A finales de los años ochenta algunos profesores intentamos responder a (pequeñas) demandas de ayuda de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León) en el área de Educación (1987) y de la Universidad Centroamericana de Managua (UCA), en la de Ciencias Jurídicas (1990). En aquéllos años, Nicaragua trataba de superar una guerra civil y sus universidades habían quedado también muy dañadas. La UAH, por su parte, estaba (re)construyéndose, casi desde cero y con recursos muy insuficientes, a partir de un improvisado “campus externo” de la Universidad Complutense de Madrid en el que mayoría de las clases se impartían en barracones; proceso liderado por su primer Rector, Manuel Gala Muñoz, con el apoyo de una comunidad universitaria muy activa y participativa.
En dos de esas demandas iniciales -Física (UNAN-León, 1990) y Ciencias Jurídicas (UCA, 1992)- los profesores UAH que respondimos logramos reunir un equipo académico adecuado (solidario y consciente de que el compromiso iba a ser de medio plazo). El apoyo político del rector Gala permitió financiar la parte que correspondía a la UAH (con una aportación de la contraparte nica relativamente más importante, teniendo en cuenta su mucho menor presupuesto). Un apoyo por convicción personal, facilitado también por el “arrope” de la comunidad universitaria, que se expresó explícitamente a través de un autodenominado “Comité de Apoyo a la Cooperación con Nicaragua”.
Poco después (1993) logró comenzar un segundo programa con la UNAN-León en el área de Educación (Didáctica del Inglés). Ese mismo año Armando del Romero recibió de la Asociación Catalana de Profesionales para la Cooperación con Nicaragua (ACPCN) una propuesta del rector de la UNAN-Managua, Alejandro Serrano Caldera: diseñar, organizara e impartir (en esa universidad) una maestría orientada principalmente a profesionales del área de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente; asegurando la ACPCN que la AECI (hoy AECID) la financiaría. Lo intentamos, pero no llegamos a impartirla(1).
El camino que condujo al Hermanamiento con la UNAN-León
En ese proceso y contexto llegó a la UAH (1994), para reciclarse científicamente, una profesora de la UNAN-León que finalizaba ocho años de Decana de su Facultad de Ciencias, Maritza Vargas Paiz y que a lo largo de los años resultaría decisiva para la cooperación entre ambas universidades. En aquella ocasión planteó tres nuevas demandas de apoyo en las áreas de Computación, Genética y Microbiología; logrando una respuesta positiva en los tres casos y, además, el acuerdo con uno de nosotros –Armando del Romero, Responsable del Programa de Física- que fungía como Coordinador UAH del Convenio con la UNAN-León- de integrar esos tres programas, y los dos que ya funcionaban, en un mismo “Plan de Cooperación UAH-UNAN-León, 1995-1996”, que tuviera a ser posible, una perspectiva de medio plazo.
Ese plan común, centrado en áreas de Educación, Tecnología y Ciencias Naturales, fue el embrión de un proceso que acabaría extendiéndose a todas las grandes áreas académicas de conocimiento de la UAH, con la solidaridad y la corresponsabilidad como principales elementos de cohesión; proceso que hizo de la cooperación entre ambas universidades un caso único y extraordinario. Aunque para llegar ahí tuvieron que concurrir varias circunstancias favorables importantes; voluntad y trabajo no habrían sido suficientes.
La primera de ellas fue que, en ese mismo año 1994, la UNAN-León eligió un nuevo Rector, Ernesto Medina Sandino, con un proyecto claro para el desarrollo de su dañada universidad. Un año después el Rector Gala visitó la UNAN-León coincidiendo con uno de los dos períodos de actividad intensa –julio y enero, no lectivos en la UAH– y cuando salieron a la luz unos primeros resultados tangibles de varios de los programas. Allí pudo verlos, participar en alguno de ellos y conocer de primera mano la importancia que el proyecto político del Rector Medina daba a la cooperación internacional; y tuvo ocasión de compartir con los profesores españoles desplazados percibiendo, aún más claramente, que esa cooperación solidaria estaba siendo, sin pretenderlo, un factor de cohesión de la comunidad universitaria de Alcalá. Todo ello generó confianza mutua entre ambos rectores y resultó un estímulo adicional para los profesores involucrados, españoles y nicaragüenses.
El rector Gala reafirmó públicamente el apoyo UAH y regresó a España con dos nuevas propuestas en las áreas de Medio Ambiente y de Ciencias de la Salud. No fueron solo palabras: las propuestas se concretaron en el siguiente Plan de Cooperación 1997-1999(2) -el primero de duración trienal-, logrando además el apoyo financiero de la Comunidad de Madrid a dicho Plan -adicional al de las dos universidades-, apoyo que se mantuvo muchos años.
La otra clave, la más decisiva, fueron los colaboradores. Los que se comprometieron solidariamente en alguna de las acciones de los planes acordados, o en varias, pero muy especialmente los que elaboraron los planes de trabajo –respuestas dignas- y se hicieron responsables de reunir los colaboradores adecuados y de que los programas se ejecutaran, trienio tras trienio. La UAH avalaba y aportaba la financiación principal, pero fueron –fuimos– esos responsables quienes nos comprometimos(3). Cuando el plan finalizó, ninguno de los responsables buscó relevo.
Una estimación económica de la dedicación no remunerada de todos los colaboradores “europeos” a lo largo de los primeros diez años -UAH, UCM, UNED, IGN, U. Cantabria, Ins. de Salud Carlos III y U. Paris V- arrojó una cantidad similar a la suma de todas las aportaciones institucionales en esos mismos años (UAH, UNAN-León, Ministerio de Educación de Nicaragua, Comunidad Madrid y AECI).
Todos esos mimbres y otros intangibles, muy valiosos, desembocaron en el reconocimiento de la relación entre la UAH y la UNAN-León como un Hermanamiento, formalizado solemnemente en el aula magna de nuestra universidad el día de la conmemoración del 5º centenario de su fundación por el Cardenal Cisneros (13 abril 1999).
Con ese impulso, la cooperación con la UNAN-León se extendió a nuevas áreas de conocimiento (Economía y Administración de Empresas, Gestión Financiera Universitaria, Derecho Internacional Público, Derecho Penal y Humanidades), involucrando también a los técnicos de administración (PTGAS) y abriéndose a la participación de los estudiantes.
El nuevo Plan Trienal 2000-2002, con doce proyectos que recorrían todas las grandes áreas académicas de conocimiento – y uno más para reforzar una iniciativa de la UNAN-León en apoyo a damnificados por el huracán Mitch, financiado en buena parte vía crowdfunding en la comunidad universitaria UAH- fue una expresión clara y concreta del Hermanamiento. Para hacer posible su coordinación y ejecución -y la de los siguientes planes- el rector Gala reforzó el apoyo a la tarea de coordinarlo, creando una estructura del Vicerrectorado de RRII -el Programa de Cooperación con Nicaragua- y nombrando a dos personas para coordinarlo (los firmantes de este informe). Un mes antes (diciembre 1999), la UNAN-León había creado una Oficina de Cooperación Española en su Vicerrectorado de Relaciones Externas, poniendo al frente de ella a Maritza Vargas Paiz.

En la imagen, el rector Manuel Gala; el vicerrector de RRII, Luis Beltrán; el gerente de la FGUA; y los responsables de los programas de área, el día que el rectorado decidió reconocer formalmente el Programa de Cooperación con Nicaragua y nombrar coordinadores a los profesores Armando del Romero y Fernando Cerezal (13 enero 2000).
El refuerzo de la coordinación en ambas universidades nos permitió promover, organizar y responsabilizarnos de tres programas transversales (Estudiantes para el Desarrollo, Intercambio Cultural e Investigación y Sensibilización). Las primeras actividades de los dos primeros se realizaron ya en ese trienio: un “Campus Social en Nicaragua” (2001), para que los estudiantes UAH de últimos cursos de grado pudieran colaborar en los proyectos de “área, durante los meses de verano, y una primera “Semana de la cultura nicaragüense en Alcalá” (abril 2002). El Campus Social, ampliado a El Salvador desde el año 2007, se fue repitiendo anualmente hasta el verano 2014, habiendo participado un total de 327 estudiantes(4). El siguiente Plan 2003-2005, se inició con un nuevo rector UAH, Virgilio Zapatero, que lo apoyó plenamente.
El refuerzo en la coordinación abrió además “espacio” para abordar una necesaria reflexión y debate sobre nuestra cooperación, tras catorce años de andadura, con el objetivo de encontrar soluciones a dificultades comunes y de mejorar sus impactos dentro y fuera de la UNAN-León. En abril 2002, Armando del Romero y Maritza Vargas se lo propusieron al rector Ernesto Medina, en una reunión en la UAH con todos los responsables de los programas, quien propuso extender la reflexión al conjunto de su cooperación externa (con universidades, la Agencia Sueca de Cooperación (SAREC), la Organización Panamericana de la Salud, …). Seis meses después se terminó de consensuar el proyecto (Balance y reflexiones sobre la cooperación externa de la UNAN-León), el equipo (UNAN-León – UAH+UB+UV+UZ+ asesores externos (ITCR + Comunidad de Madrid) y un calendario para su ejecución (2003-2005). La participación de los responsables españoles de los principales programa de cooperación de la UNAN-León con la UAH, UZ, UV y UB, permitió que sus recomendaciones finales incluyeran también algunas para esas universidades españolas.
La conclusiones fueron presentadas públicamente: en la UNAN-León (julio 2005), coincidiendo con una visita del rector UAH, Virgilio Zapatero y en la Casa de América de Madrid, en el marco de un Encuentro Interuniversitario para la Cooperación al Desarrollo con Centroamérica (noviembre 2005) – Y la Universidad, ¿qué puede hacer?- con participación de los rectores españoles de la UAH, UB, UV, UZ , de los centroamericanos de la UNAN-León, UES, ITCR y del Director del Programa “Estado de la Región Centroamericana” y representantes de la AECI y la Comunidad de Madrid.
Apertura a Centroamérica de la cooperación UAH - UNAN-León
De esas recomendaciones surgió un acuerdo entre UNAN-León y UAH, que supuso un salto cualitativo: abrir su relación bilateral a otras universidades, centroamericanas y españolas. Y ese fue el principal objetivo del siguiente Plan Trienal 2006-2008. El primer paso se produjo en el año 2006 -ya con un nuevo rector y una nueva vicerrectora general en UNAN-León, Rigoberto Sampson y Maritza Vargas- cuando ambas universidades acordaron con la Universidad de El Salvador, la única pública del país, promover una Red Interuniversitaria de Cooperación para el Desarrollo de Centroamérica (Red GIRA) con otras universidades públicas, centroamericanas y españolas, con el principal objetivo de “enfrentar problemas comunes del desarrollo humano de la Región, especialmente los que afecten a sectores más vulnerables”. Para enfrentar ese ambicioso objetivo, la UNAN-León y la UAH aportaron como “capital inicial” todos sus programas de cooperación bilateral que pudieran ser de interés para las universidades que decidieran unirse a la Red.
A la Red GIRA -acrónimo del equipo de la gestionó: Grupo Interuniversitario de Reflexión y Acompañamiento- se sumaron inicialmente el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), las dos universidades públicas de Honduras (Nacional Autónoma, UNAH y Pedagógica Nacional, UPNFM), la Universidad Complutense (UCM) y la universidad comunitaria BICU de la Costa Atlántica de Nicaragua.
Y el PCN comenzó a funcionar como Programa de Cooperación con Centroamérica UAH (PCCA), asumiendo el apoyo a las actividades de la Red GIRA y de todos los convenios bilaterales de UAH con universidades centroamericanas.
Un balance de las dos primeras décadas de cooperación entre la UAH y la UNAN-León ilustró los logros tangibles y también los intangibles, tratando de demostrar que la solidaridad hacia Nicaragua de profesores (de 26 universidades y centros de investigación), PAS y estudiantes, había sido muy beneficiosa para las dos instituciones y, por supuesto, para los cooperantes UAH.
En ese mismo año 2008 el proyecto de Red GIRA se concretó en un primer Plan Trienal de Cooperación 2009-2011, con nueve proyectos multilaterales. Para su ejecución, las universidades implicadas firmaron un Convenio General coincidiendo con la celebración del vigésimo aniversario de nuestra cooperación con Nicaragua a UAH (noviembre). Los programas bilaterales UAH –UNAN-León continuaron también.
Ayudar a la elaboración de ese primer Plan, como secretario del equipo GIRA que lo coordinaba, constituyó la aportación final de uno de nosotros (Armando del Romero), que solicitó también al rector su cese como Coordinador General del PCCA(5). Fernando Cerezal quedó como coordinador único, con el aval unánime de los responsables de los programas, pero sin el refuerzo de ninguno de ellos. Es más, las autoridades UAH decidieron cambiar el sistema de financiación de su cooperación al desarrollo, lo que implicó la supresión del apoyo administrativo a la coordinación del PCCA. No obstante, el Plan Trienal 2009-2011 se ejecutó, y su autoevaluación resultó satisfactoria.
En 2009, un año después de que el Plan comenzara su andadura, la Red GIRA fue reconocida formalmente por el Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA).
En el transcurso de ese trienio tanto la UAH como la UNAN-León eligieron nuevo rector (marzo 2010): Fernando Galván y Roger Gurdián, respectivamente; y la UNAN-León cumplió doscientos años. Coincidiendo con su celebración (enero 2012), la UAH firmó un Convenio cinco universidades públicas centroamericanas –la nicaragüenses UNAN-León, UNA, UNI y UNAN-Managua y las panameñas Nacional y de Chiriquí-, promovido por técnicos de administración (PAS), para dar cobertura a un nuevo programa de cooperación multilateral cuyo objetivo fue crear una Red de Archivos Universitarios Centroamericanos. El programa se concretó e integró en el siguiente Plan Trienal de la Red GIRA, 2012-2014. Dicho Plan, incluyó nueve proyectos, estando la UAH involucrada en todos ellos y la UCM en dos.
En octubre de 2015, Fernando Cerezal, Director y Coordinador del PCCA, renuncia a continuar asumiendo esas responsabilidades, tras haber coordinado la ejecución del Plan Trienal 2012-2014, que será el último. Sin nadie que lo relevara, el Vicerrector de RRII de la UAH, creó una nueva estructura de cooperación. Y a los co-responsables UAH de cada uno de los programas de área que decidieron continuar les quedó la opción de asumir su gestión administrativa y buscar financiación acudiendo a las convocatorias del VRII UAH y/o a otros agentes externos.
Memoria de la experiencia de cooperación con Nicaragua y Centroamérica de la UAH
En el año 2024, reconstruimos la “memoria” de aquella experiencia de cooperación solidaria de la Universidad de Alcalá a partir de copias de archivos del PCN y del PCCA y blocs personales de trabajo; y de las publicaciones y folletos que entre los dos conservamos.
Reúne todos los planes de trabajo que se acordaron –los primeros, hasta el año 1999, sin ordenadores, mecanografiados y encanutillados-, identificando a los responsables de los programas y a los colaboradores incluidos en cada uno de ellos; los balances y autoevaluaciones; los convenios que los ampararon; y una selección (necesariamente subjetiva) de publicaciones generales (25) relativas al conjunto de la cooperación, a sus impactos y a su proyección externa en Nicaragua y/o Centroamérica (aunque sin entrar en el detalle de los programas “de área”, cuyos equipos realizaron sus propias publicaciones (académicas, científicas y/o culturales).
Todo ello se inserta en un documento que va recorriendo la evolución de esa cooperación y de sus circunstancias, en la UAH y en las universidades centroamericanas integradas en la Red GIRA, y que concluye con la referencia a una reflexión escrita por Fernando Cerezal en 2015 ("Fortalecimiento Institucional de la Universidad de Alcalá a través de la Cooperación Universitaria para el Desarrollo: Fortalezas y Necesidades")(6) que, además del interés de su enfoque -los beneficios para la propia UAH de su cooperación solidaria- aporta información global sobre el conjunto de la CUD de la UAH”.
Además de describir lo esencial del camino recorrido en la construcción de una relación de cooperación universitaria al desarrollo entre España y Latinoamérica -extraordinaria en una época en la que esa actividad universitaria era intensa- los autores pretendimos reflejar con la memoria que a ambas partes nos exigió aprender a cooperar: conocer al otro y, en el caso de los cooperantes españoles, poner a prueba la utilidad de nuestras propuestas para el logro de sus objetivos y para la solución de sus dificultades en las circunstancias y con los medios disponibles, un poco mejorados con nuestra ayuda (aunque en no pocos casos solo un poco), tratando de dejar constancia también de lo mucho que nos aportó a los que participamos en él.
Una versión resumida de la memoria, con las once publicaciones esenciales, fue depositada en el Instituto de Investigación en Estudios Latinoamericanos (IELAT) de la UAH, y están accesibles en su biblioteca a cualquier persona interesada. Esa misma versión ha sido también acogida por otros institutos universitarios y cátedras españolas - ICEI (UCM), HEGOA (UPV), Cátedra de Cooperación al Desarrollo (UZ) y Máster Interuniversitario en Cooperación al Desarrollo (UA)- y por la biblioteca de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Reconocimientos institucionales
La UNAN-León, en reconocimiento a la comunidad universitaria de la Universidad de Alcalá, otorgó un doctorado honoris causa a cada uno de los tres rectores de la UAH mientras duró la cooperación, Manuel Gala (2001), Virgilio Zapatero (2005) y Fernando Galván (2012). Y, con ocasión de la celebración del 200 aniversario de la citada universidad (2012), otorgó la misma distinción al exrector del ITCR Eugenio Trejos Benavides, por su decisivo papel en la construcción de la Red GIRA.
La UNAN-León también reconoció a Bernardo Pena Trapero como “Decano Honorario” de su (nueva) Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (2005), y a nueve de los cooperantes más activos, uno de ellos de la UCM, como “profesores honorarios”.
Y la UCA otorgó un doctorado honoris causa al profesor Diego Luzón Peña (2004) en reconocimiento de sus aportaciones al desarrollo y prestigio de la Facultad de Derecho; y en especial, de su Departamento de CC Jurídicas.
La UAH, por su parte, otorgó en 2002 su medalla de oro al Rector de la UNAN-León, Ernesto Medina Sandino, y nombró profesora ad honorem a Maritza Vargas Paiz, Directora de la Cooperación Española de esa misma universidad, reconociendo que fueron personas decisivas en el diálogo y entendimiento que llevó al Hermanamiento entre ambas universidades.

En la imagen, placa ofrecida por el rector UAH Manuel Gala y colocada en la puerta principal de la universidad hermana de León (marzo 2001).
Posdata
En las fechas de acabar de redactar la memoria (noviembre 2024), el régimen político de Nicaragua, devenido en una dictadura bicéfala de su presidente Daniel Ortega y su vicepresidenta Rosario Murillo, tanto monta monta tanto, ha suprimido la autonomía de las universidades públicas -académica, económica y administrativa- y ha ilegalizado y confiscado los bienes de 27 universidades privadas, entre ellas a la Universidad Centroamericana (UCA) la más prestigiosa del país. Entre las primeras, el ex-rector de la UNAN-León, Ernesto Medina Sandino, que la lideró durante 12 años (1994- 2006), firmante del Hermanamiento con la Universidad de Alcalá, ha tenido que exiliarse y ha sido privado de su nacionalidad ("desnacionalizado") y de todos sus bienes personales. Y la mayoría, si no todos, de los profesores y técnicos de administración que no se afiliaron al partido sandinista -"danielista"- o se jubilaron o fueron despedidos sin justificación ni derecho a la posibilidad de defensa, recogido en los estatutos de la universidad, que han suspendidos de facto.
Con ello han quedado enterradas las posibilidades de que todas esas personas, muchas de ellas formadas en programas de cooperación con universidades europeas -la de Alcalá entre las principales- impulsen una nueva etapa en el desarrollo de la UNAN-León. Algo similar ha sucedido en el resto de las universidades públicas, retrocediendo a una etapa anterior al decreto de Autonomía Universitaria, firmado en 1958 por el dictador Luis A. Somoza. Las universidades públicas de Nicaragua han pasado a ser instrumentos de la política de una dictadura; y las privadas que siguen operando, lo hacen con la condición de no oponerse a sus políticas; es decir, de no cumplir su rol social esencial de promover un pensamiento crítico.
Un año más tarde, las noticias que nos llegan de Nicaragua indican que la situación es aún peor.
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(1) Tras el VºBº del Vicerrector RRII, Luis Beltrán, Armando logró reunir un equipo multidisciplinar de profesores UAH que elaboraron un plan de estudios y, asumiendo la coordinación de esa maestría, se organizó un plan para difundir la convocatoria de un seminario propedéutico en la UNAN-Managua que permitiera la selección de un número reducido de alumnos (unos 30). El seminario se realizó en julio 1994 pero la maestría no llegó a impartirse por discrepancias en la selección de los alumnos con el nuevo equipo rectoral de esa Universidad.
(2) Con proyectos en siete áreas diferentes, de nuevo con la misma filosofía y estrategia de medio plazo.
(3) Esta era, en nuestra opinión, una de las debilidades de la CUD, teniendo en cuenta que, en educación, se necesita tiempo para lograr impactos significativos.
(4) En el año 2015 se realizó un último Campus, organizado y gestionado directamente por los estudiantes.
(5) Tras su renuncia, Armando del Romero se incorporó al equipo de la Rectoría de la UNAN-León que preparaba un proyecto (piloto) cuyo objetivo fue demostrar que, con un costo bajo, se podía mejorar al acceso a la universidad de bachilleres de poblaciones alejadas de las cabeceras departamentales. El proyecto formaba parte de una política del nuevo equipo rectoral para acercar la universidad a esas poblaciones, pobres en su gran mayoría y también del Ministerio de Educación que trataba de reforzar el (débil) vínculo entre Universidad y Enseñanza Secundaria. El proyecto se llamó Bachilleres Geográficamente Alejados. La Universidad te busca, Nicaragua te necesita. Integrado en la Red GIRA, se realizó entre 2009 y 2011, con el apoyo académico y financiero de la UCM y la UAH. Un análisis de sus resultados fue publicado por la UNAN-León en 2013 y es uno de los documentos incluidos en esta memoria.
(6) En el libro "COOPUAH, Acciones en investigación aplicada a la cooperación para el desarrollo: pasado, presente y futuro", publicado en 2015 por la Universidad de Alcalá. Véase aquí.